- Área: 41000 m²
- Año: 2019
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Fotografías:Laurian Ghinitoiu, Soren Aagaard, Rasmus Hjortshoj, Dragoer Luftfoto, Aldo Amoretti
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La planta CopenHill, también conocida bajo el nombre de Amager Bakke, se presenta como un nuevo sistema de procesamiento de residuos para la generación de energía que, coronado por una pista de esquí, un camino para senderismo y un muro de escalada, encarna una noción hedonista de la sustentabilidad, al tiempo que se alinea con el objetivo de Copenhague de convertirse en la primera ciudad neutral en cuanto a las emisiones de carbono del mundo para el año 2025. CopenHill es una planta de 41.000 m2 que se encarga de convertir los desechos en energía, incluyendo un centro de recreación y un centro de educación ambiental para dejar de ser un mero edificio de infraestructura urbana y convertirse en un hito arquitectónico.
Desde el primer día, CopenHill se destaca por ser una obra de infraestructura pública con efectos sociales. Las nuevas instalaciones destinadas a la incineración de residuos de CopenHill integran las últimas tecnologías en el tratamiento de desechos y la producción de energía, sustituyendo la planta de tratamiento adyacente de 50 años de antigüedad por el Amager Ressourcecenter (ARC). En cuanto a su emplazamiento, al formar parte del frente costero industrial de Amager, donde las instalaciones industriales actualmente se han convertido en lugares para practicar deportes extremos como el wakeboard (esquí acuático) o las carreras de kartings, la nueva central eléctrica propone generar una pista de esquí, un camino para senderismo y un muro de escalada para colaborar con el perfil deportivo del área.
La organización de los volúmenes internos de la planta de energía se encuentra determinada por la precisa distribución de su maquinaria, posicionada en orden de altura. Esto permite crear una cubierta inclinada de alta eficiencia, apta para desarrollar una pista de esquí de 9.000 m2. Partiendo desde la cima, los deportistas experimentados pueden deslizarse por la pista artificial, la cual posee la misma longitud que un medio-tubo olímpico (half-pipe), practicar en el sector de estilo libre o utilizar el recorrido de slalom cronometrado; los principiantes y los niños, en cambio, podrán practicar en las pistas localizadas en el sector inferior. El ascenso de los esquiadores desde el parque puede realizarse mediante un telesquí, una cinta elevadora o un ascensor de cristal. Este último les permite a los usuarios echar un vistazo a las operaciones del incinerador de residuos, las cuales se encuentran activas las 24 hs.
Los aficionados y los visitantes que lleguen hasta la cima de CopenHill podrán conocer la experiencia de estar sobre una montaña en un país geográficamente llano. Aquellas personas que no se dediquen al esquí podrán igualmente disfrutar de la planta, utilizando el bar de la terraza, el setor de cross-fit, el muro de escalada o el mirador -que ofrece una visión panorámica a la ciudad desde su punto más alto-. Luego, los mismos podrán descender por un camino de senderismo de 490 metros enmarcado por árboles, recorriendo el exuberante terreno montañoso diseñado por Danish Landscape Architects SLA. Mientras tanto, la cubierta verde de 10.000 m2 aborda la desafiante tarea de generar un microclima en un parque a 85 metros de altura, restableciendo un paisaje biodiverso, eliminando las partículas residuales en el aire, absorbiendo el calor y minimizando el escurrimiento de las aguas pluviales.
Bajo la ladera de la montaña, los hornos, el vapor y las turbinas convierten al año 440.000 toneladas de residuos en energía limpia, suficiente para suministrar electricidad y calefacción urbana a 150.000 hogares. Para completar esta tarea, la centrar requirió de una serie de maquinarias que van desde pozos de ventilación hasta tomas de aire, las cuales ayudaron a crear la variada topografía montañosa sobre la superficie de la planta; un paisaje hecho por el hombre, creado a partir del encuentro entre las necesidades –de abajo- y los deseos –de arriba-. Diez de los pisos de la planta fueron destinados a espacios administrativos que, ocupados por el equipo de ARC, incluyen un centro educativo de 600m2 para visitas académicas, talleres y conferencias de sostenibilidad.
El ARC (Amager Ressourcecenter) no se presenta como objeto arquitectónico aislado. La envolvente del edificio aparece aquí como una superficie de oportunidad para plantear distintas relaciones con el contexto local, a la vez que constituye una reflexión y una manifestación sobre la visión progresista de la empresa. La fachada continua de CopenHill se compone de ladrillos de aluminio de 1,2 m de alto y 3,3 m de ancho apilados como si de bloques gigantescos se tratara. En los intersticios, las ventanas acristaladas permiten que la luz del día llegue hasta los sectores más profundos de la planta, mientras que las aberturas más grandes, localizadas en la fachada suroeste, permiten iluminar los sectores de trabajo de los pisos administrativos. En la fachada vertical de mayor longitud se instaló un muro de escalada que, con 85 metros de altura y vistas hacia el interior de la fábrica, se convirtió en el más alto, batiendo nuevos records mundiales. Al pie de la pista, un bar “après-ski” de 600 m2 permite que los locales y los visitantes puedan relajarse una vez que se hayan quitado las botas. De ser una antigua pieza de infraestructura en una zona industrial, CopenHill se conviertó en el nuevo destino y lugar de celebración elegido por familias y amigos; en un lugar económica, ambiental y socialmente rentable.